MARKETING EN TIEMPOS DE GUERRA
[08-12-01]
Estoy solo en casa a una hora en la que habitualmente cogería un autobús para dirigirme a la oficina, una oficina más de una “puntocom” que se ha quedado vacía en las últimas semanas. Soy otra de las víctimas de las reestructuraciones de personal de estas empresas cargadas de ilusiones, muchas de ellas también de dinero pero sin un objetivo realista o un plan de negocio capaz de afrontar tiempos de guerra e incertidumbre como los que ahora vivimos. Soy un profesional, como muchos otros con un curriculum a mi entender brillante y que en poco tiempo ha vivido experiencias y ha tenido la responsabilidad que a cualquiera de sus compañeros de Facultad les va a conseguir años alcanzar en una empresa tradicional. He disfrutado de mi trabajo y he vivido jornadas interminables delante del ordenador esperando un mail que no acababa de llegar o la actualización y perfecto funcionamiento de las últimas noticias en un portal de Internet, todo por y para el usuario.
¿Y ahora qué?. Ahora me veo avocado a una situación incierta, con unas empresas de Internet que cada vez tienen oficinas más vacías, con unas cifras de utilización de cualquier servicio que cada vez aumentan más pero que no se corresponden luego a la actividad empresarial real, y sobre todo, con un economía tradicional que recela de cualquier persona que venga del sector en el que he trabajado los últimos tres años. Hace poco leyendo el periódico (on-line por supuesto) me llamó la atención un dato, durante finales de los años setenta y principios de los ochenta, cuando la recesión venida tras la crisis del petróleo asolaba todo el planeta, aquellas empresas que destinaron partidas importantes al Marketing fueron las que consiguieron abrirse un hueco en el mercado y consolidarse como marcas punteras en la época posterior de crecimiento económico. Esta estrategia se cimentaba en los siguientes pilares:
- El mercado de la publicidad había reducido sus precios notablemente debido al descenso de la demanda. Anunciarse era mucho más barato.
- Había muchas menos empresas competidoras que pudieran disponer de un presupuesto para promociones o campañas de imagen. No solo anunciarse era más barato, sino que además como la competencia no se anunciaba nuestra publicidad resaltaba mucho más y tenía efectos aún mayores.
¿Dónde quiero llegar con todo esto?. Muy sencillo, simplemente quiero plantear la idea de que los resultados que se obtengan a medio plazo utilizando las peculiaridades que presenta el mercado en estos momentos darán ventajas competitivas a quienes las aprovechen. Empresas de Internet, hagamos un marketing destinado a la fidelización del usuario, ahora que es más barato que nunca, y a la consecución objetiva del beneficio financiero. Empresas tradicionales, por un lado confiad en las nuevas tecnologías como medio y fin de vuestros propósitos (dedicad una parte de vuestro presupuesto a la web corporativa, a campañas de publicidad dentro de Internet, a permitir al usuario utilizar este canal para acceder a vuestros servicios) y por otro, no receleis de los profesionales, que como yo, podemos aceptar cualquier reto que se nos plantee y que poseemos la experiencia de haber sido pioneros en trabajar dentro de entornos cambiantes 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año.
Pedro Luis Sánchez
pedrolsg@yahoo.es
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