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LA LUCHA CONTRA EL SPAMMING: PROYECTOS EN EL CONGRESO DE E.E.U.U
Fecha última actualización: Febrero 2001

 

III.- EL SPAMMING: ¿PUBLICIDAD O MOLESTIA?

A) Spam y Junk Mail

Una vez visto ya los tipos de ACE que pueden darse, y diferenciado el fenómeno del mail bombing de la figura que nos ocupa en estos momentos, debemos identificar a qué se llama correo basura o y a qué se llama spam. Ambos términos (junk mail y spam mail) son similares, y hasta en muchos casos se habla de spam mail cuando se quiere referir a toda forma de correo no solicitado. En torno a diferenciar todas estas figuras, se pueden encontrar diversas posibilidades en la Red. Sin embargo, la postura que parece más acertada es la que delimita la línea entre esas dos acepciones.

Tanto el spam como el junk mail se caracterizan porque en ese tipo de mensajes la información recibida y/o distribuida no ha sido solicitada. Nos adherimos para explicar ambas figuras a un documento titulado "Violencia en Internet, ¿Quién defiende a los Internautas?. Sobre el abuso del Correo Electrónico", redactado por Erick Iriarte Ahon, director para América de Derecho.Org.

Se denomina junk mail o garbage mail, al correo basura, que por lo general no tiene carácter comercial, pero si es una "baratija" (la traducción literal de junk es baratija), es decir son mensajes que llenan el buzón, incomodando. Son enviados en su mayoría desde direcciones no anónimas, sino por personas que siguen una determinada cadena.

Los casos más frecuentes de este fenómeno son las llamadas "cartas cadenas" (chain letter), que dicen por ejemplo que de no enviarse miles de copias de dichos mensajes se tendrán años de mala suerte. Se revive en la Red las cartas cadenas de toda la vida, con una gran ventaja, que en tan solo unos segundos se pueden distribuir miles de cartas, a un coste mínimo.

Otra forma de "junk mail", son las cartas pseudo-humanitarias, en las que se indican que un niño (niña en la mayoría de los casos) se encuentra gravemente enfermo y que desea que le envíen un mail la mayor cantidad de personas. Esto ocasiona cadenas interminables invitando a participar en esta "jornada humanitaria", pero resulta que nunca existió dicho niño o niña.

Por tanto, parece que para definir el spamming nos quedamos con la idea de que es, en el mismo sentido del junk mail, un mensaje no solicitado, excepto porque su contenido va a ser comercial.

La definición propuesta el 105 Congreso de los Estados Unidos, puede servir para comprender el término spamming: "El término correo electrónico comercial significa cualquier correo electrónico que

(A) contenga un anuncio para la venta de un producto o servicio

(B) promueva el uso de páginas web o integre una lista de uno o más sitios de Internet que contengan un anuncio referido a productos o servicios del párrafo anterior o páginas que contengan la solicitud de datos personales con el fin de cumplir los fines del párrafo anterior".

Por tanto, mientras que el "junk mail" puede considerarse en cierta medida inofensivo, lo mismo no ocurre con el "spam mail", puesto que para ello se requiere contar con una base de datos en donde se encuentren los nombres de los usuarios a los cuales se les está remitiendo esta información.

B) Pero…¿qué es simple y llanamente la palabra Spam?

Originalmente "Spam" se llamó al jamón con especias (Spiced Ham) producido por Hormel en 1926 como el primer producto de carne enlatada que no requería refrigeración. Esta característica hacía que estuviera en todas partes, incluyendo en los ejércitos americanos y rusos de la segunda guerra mundial. Tal vez por esto se ha utilizado el término para calificar el correo electrónico no solicitado, ya que, estando en todas partes, se ha convertido en una de las mayores molestias para las personas en la red.

C) ¿Quién lo utiliza?

El "cartero comercial" se cuela en los portales para atiborrar los buzones de publicidad. Pero, además de costar dinero a la empresa que se publicita, su radio de acción es muy limitado. ¿Por qué no utilizar el correo electrónico? Las empresas se dieron cuenta que a través del e-mail se pueden enviar más mensajes, a mucha más gente, mucho más lejos y por muy poco dinero. Basta con hacerse con un listado de direcciones, escribir un mensaje genérico y disponer de un módem a 28.8 Kbps para mandar cientos de miles de mensajes por hora.

D) ¿Cómo se consiguen las direcciones?

Hay muchos métodos bastante sencillos de confeccionar una nutrida base de datos con direcciones de correo. Un e-mail lleva, como mínimo, las direcciones del emisor y receptor. Cualquiera que tenga acceso a un servidor de correo podrá acumular las direcciones de todos los correos que pasen por ese servidor. Por otro lado, basta con bucear entre los grupos de noticias o en los foros, por ejemplo, para coleccionar direcciones. Así que si se ha participado en un foro de discusión o tiene la dirección en alguna página de la WWW, es bastante probable que se caiga en manos de un spammer. Con todas esas facilidades ya sólo queda montar una empresa con la malsana intención de acumular direcciones de correo electrónico para vendérselas al mejor postor.

E) ¿Por qué es un problema?

El spammer dice que basta con borrar el mensaje. Pero el problema es bastante más grande que el tiempo que lleva apretar la tecla borrar. El anunciante-spammer ahorra mucho dinero utilizando este método, pero el precio de su publicidad lo acaba pagando con creces la comunidad de Internet.

Un ISP tiene que gastar mucho tiempo procesando el spam, lo que afecta directamente al tiempo para procesar el correo normal. Si se quiere defender utilizando un filtro, el tiempo que tardará en filtrar la basura, será todavía mayor. Por eso, la mayoría de ISPs descartan los filtros como método efectivo de lucha contra el spam.

Además, un ISP compra ancho de banda dependiendo del número de usuarios que se conectan a través de él. Para los proveedores pequeños, la inversión en ancho de banda se lleva el mayor pellizco de su presupuesto. Un uso razonable de esa conexión conlleva normalmente el incremento de la calidad del servicio y del número de usuarios. Pero cuando las líneas las empiezan a ocupar extraños (spammers), el ISP debe elegir entre que sus verdaderos usuarios tengan una conexión más lenta, pagar por más ancho de banda o subir las tarifas. Al final el receptor paga por el spam lo que el emisor se ha ahorrado.

Uno de los casos americanos más famosos de spamming, es el de AOL, quien, por ejemplo, recibía 1,5 millones de mensajes al día de Ciber-Promociones hasta que consiguió una orden judicial para prohibirlos. Si a un usuario le lleva unos 10 segundos identificar el correo basura y tirarlo, sólo en AOL se gastaban más de 5.000 horas de conexión al día por culpa del spam.

El spam, en resumen, utiliza un montón de recursos ajenos que otros acaban pagando. Además oculta al e-mail con verdadero valor, al que le cuesta más sacar la cabeza en el barrizal del correo basura.

Evidentemente el problema afecta al usuario final que recibe el correo y a la máquina que debe de distribuirlo. El tema no es sólo un problema de molestia y perdida de tiempo sino que tiene repercusiones económicas de utilización de recursos de red y de sistemas. Puede llegar a deteriorar de forma considerable el propio rendimiento de Internet.

 

 


MARÍA DEL AGUILA
Licenciada Derecho
Especialista Derecho Nuevas Tecnologías

 

 

 


 

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